Motivados para alinear sus operaciones a las Buenas Prácticas Agrícolas y poder dar garantías a la sociedad, ya son cinco las empresas de aeroaplicación bonaerenses que certificaron Norma IRAM 14130-3 apoyados por Syngenta. Se vienen más en todo el país.
Nicolas Skare, en Salto; Ayres del Sur, en Daireaux; Logística Aérea, en Chacabuco, Fredy Servicios AgroAéreos en Rojas y ahora Aerotrab S.R.L., en Carlos Casares, son las primeras cinco empresas agroaéreas que han culminado el proceso de certificación bajo la norma IRAM 14130-3 para la aplicación aérea de fitosanitarios, bajo el concepto de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
El impulso para este importante logro tiene varias vertientes: reforzar la percepción pública del avión agrícola, las ganas de demostrar que se puede trabajar profesionalmente y el arbitraje de una parte imparcial que dé garantía de ello sumado al apoyo de una empresa como Syngenta.
Todo esto en el contexto de la agricultura del siglo XXI y la necesidad de poner a las Buenas Prácticas Agrícolas como una hoja de ruta para fortalecer la “Licencia Social” del agro.
Todos estos componentes confluyeron en el proyecto “Certificación IRAM 14130-3” que la Cámara de Aeroaplicadores de Buenos Aires (Capba), apoyados por Syngenta, puso en marcha en 2018 y que ya brindó sus frutos con cinco empresas certificadas y varias más en proceso.
El punto de partida fue el excelente trabajo de profesionales, empresas e instituciones que, ya hace algunos años, vienen construyendo acción colectiva que se expresa en normas de certificación robustas desde el punto de vista técnico y transparentes desde lo institucional.
Así en pocos años en Argentina contamos con la norma IRAM 14130 para Buenas Prácticas Agrícolas que constituye una sólida plataforma para certificar todas las labores agrícolas.
¿Qué es una norma IRAM?
Una norma, es un documento que establece, por consenso y con la aprobación de un organismo reconocido, reglas y criterios para usos comunes y repetidos. Establece las condiciones mínimas que debe reunir un producto o servicio para que sirva al uso al que está destinado.
La normalización es la actividad que tiene por objeto establecer, ante problemas reales o potenciales, disposiciones destinadas a usos comunes repetidos, con el fin de obtener niveles de ordenamiento óptimo, en un contexto tecnológico, político o económico.
Puntualmente la Norma IRAM 14130-3 establece requisitos específicos que deben cumplir las organizaciones relacionadas con la aplicación de productos fitosanitarios mediante la utilización de equipos aéreos tripulados.
Beneficios para las empresas
Si bien la certificación IRAM 14130-3 es de adhesión voluntaria, aquellas empresas aplicadoras que la obtienen consiguen un aval de calidad conjunto de sus aeronaves, de la capacitación del personal y de la gestión de la organización.
Las empresas que certifican, como las cinco empresas bonaerenses mencionadas, obtienen la posibilidad de brindar un servicio satisfactorio y documentado al productor, de cara al cumplimiento de un objetivo común: producir alimentos, energía y fibras seguros y de calidad.
Mediante la certificación a través de la aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) se garantizan la salud de las personas y del ambiente y la calidad del trabajo realizado.
La norma IRAM 14130-3 “Buenas prácticas para labores agrícolas: aplicaciones aéreas” brinda apoyo para monitorear y mejorar continuamente los diversos y complejos procesos que estructuran la aplicación aérea de fitosanitarios.
Además, establece un marco sistémico para monitorear y mejorar en forma continua los procesos de: tratamiento y manejo responsable de productos fitosanitarios, instalaciones, gestión y seguridad de personal, proceso de pre y post aplicación, funcionamiento de los equipos, y tratamiento de envases.

Una experiencia
En Chacabuco, Alcides Di Piero, de la empresa Logística Aérea nos explica que “la mayor parte de los puntos de revisión que la norma exige pudimos cumplirlos sin problemas y solo requirieron ordenarnos y organizarnos adecuadamente. Algunos puntos específicos necesitaron algún tiempo e inversión económica para ponerlos en cumplimiento”.
“Fue una experiencia que requirió concentración y esfuerzo, pero ahora con el certificado en la mano, estamos empezando a tener demanda de productores que requieren proveedores certificados y se está abriendo un segmento de mercado interesante para nuestros servicios.” nos cuenta Maxi Montes de la misma empresa.
Los casos de Salto, Rojas y Daireaux
Niko Scare tiene su base en Salto, fue la primera empresa en obtener el certificado gracias a su experiencia en certificaciones anteriores y haberse organizado rápido y bien para cumplir con lo requerido.
La base de trabajo de Fredy Perticarari, titular de Fredy Servicios Agroaéreos se encuentra junto a su propio domicilio en el campo. Su caso es especialmente interesante por tratarse de una empresa familiar donde Fredy vuela, Rubén hace el trabajo de asistencia en tierra y Carolina, esposa de Fredy, maneja la administración y la logística. Con esa sencilla estructura, sin escatimar esfuerzo e inversión, lograron su certificación para poder brindar servicios de excelencia.
En el oeste, en Daireaux, está Ayres del Sur. Su titular, Alfonso Rodríguez, que además es presidente de la Cámara de Aeroaplicadores de la Provincia de Buenos Aires (Capba), nos cuenta que en su caso “el haber tenido todos sus procesos de trabajo muy ordenados, la adecuación a la norma fue relativamente sencilla…”
“Hoy ya disponemos de la certificación que nos permite mostrarles a nuestros clientes, a la comunidad de Daireaux y a toda la provincia de Buenos Aires que nuestro proceso de aplicación de fitosanitarios garantiza la calidad del trabajo, cuidando a las personas y al ambiente”.

Uno más, en Carlos Casares
Más recientemente, la quinta empresa que obtuvo su certificado es Aerotrab, en Carlos Casares, y lo notable de este caso es haber obtenido categoría Premium en su certificación, el máximo estatus a aspirar.
“Realmente estamos muy orgullosos del resultado que obtuvimos, trabajamos duro durante varias semanas, pero el esfuerzo valió la pena y hoy podemos sellar la buena reputación que ya teníamos en el mercado con esta certificación” nos manifiesta Miguel Mazzarella uno de los socios de la empresa.
Ahora en todo el país
Esta primera etapa de logros entre las empresas bonaerenses, tendrá una segunda etapa que permite extender el programa a todo el país mediante un acuerdo similar al ya comentado pero que esta vez Syngenta firmó con la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) que agrupa a Capba y a otras cuatro cámaras que cubren todo el territorio nacional.
Con el mismo espíritu ya mencionado y con el objetivo de privilegiar el cuidado del ambiente, la salud y la seguridad de las personas, la empresa del agro y Fearca acordaron promover la certificación de las Buenas Prácticas Agrícolas mediante la certificación de la 14130.
Al igual que el convenio que posibilitó poner en marca las certificaciones en Buenos Aires, tanto Syngenta como Fearca coinciden en que las Buenas Prácticas Agrícolas son la manera correcta de utilizar los productos agropecuarios que se requieran.
De ese modo los procesos de aplicación de fitosanitarios en los cultivos podrán cumplir con los requerimientos necesarios para lograr una producción sana, segura y amigable con el ambiente.
Sin lugar a duda, la extensión de este acuerdo y la réplica del formato de sinergia entre aeroaplicadores y empresas relacionadas, permitirá multiplicar el número de empresas agroaéreas certificadas, ahora ya en todo el país, y así asegurar, trabajando juntos, el camino hacia la sustentabilidad de nuestro agro.
Por Victor Piñeyro, ingeniero agrónomo, docente y director del Observatorio de Comunicación de Agronegocios.
Fuente: https://elabcrural.com/buenas-practicas-agricolas-la-norma-iram-14130-3-toma-vuelo/